La rinoplastia funcional y estética es una de las cirugías que con más frecuencia se demanda en cirugía estética facial. En los últimos años se ha observado un aumento de demanda en pacientes varones, combinando habitualmente una parte funcional, para mejorar la respiración por las fosas nasales con una parte estética para corregir deformidades o mejorar el aspecto externo de la nariz.
La rinoplastia masculina tiene unas particularidades que deben ser tenidas en cuenta a la hora de indicar y realizar la intervención, ya que además de las preferencias del paciente se debe lograr un resultado natural, con la menor interferencia en la apariencia general del rostro masculino y respetando una serie de conceptos básicos que harán que la nariz mejore sin que se note que ha sido operada.
Se suele esperar hasta los 17-18 años antes de realizar un procedimiento estético, aunque en casos de desviaciones muy severas se debe realizar una intervención muy conservadora sobre el tabique nasal y los cornetes a partir de los 14 años, dejando para más adelante la realización de procedimientos correctores de la pirámide nasal, ya que la nariz debe terminar su desarrollo antes de una rinoplastia.
La estética de la nariz masculina tiene unas particularidades específicas y actualmente la mayoría de hombres suelen solicitar resultados muy naturales, con sutiles cambios que mantengan la apariencia de nariz masculina, pero corrigiendo las deformidades o alteraciones que haya podido causar una desviación del tabique, un traumatismo, una cirugía anterior o un desarrollo alterado de la pirámide nasal. Los paciente varones demandan un ángulo nasolabial más cerrado que en mujeres (90-100 grados), un perfil recto en el dorso y una punta definida pero no elevada, de forma que la nariz se normaliza, pero no impresiona a la vista de nariz operada.