CIRUGÍA PERCUTÁNEA DEL PIE, TRATAMIENTO DEL HALLUX VALGUS O JUANETES
El Dr. Eduardo Escobar, experto en Cirugía Percutánea del Pie (CPP), desarrolla el estado actual del conocimiento, propuestas y limitaciones del tema “Cirugía Percutánea del Pie, Tratamiento del Hallux Valgus o Juanetes”, una cirugía mínimamente invasiva que algunos de forma errónea la denominan “cirugía láser”.
La Cirugía Percutánea del Pie (CPP) es una técnica quirúrgica con la que ha sucedido algo parecido a lo que en su día ocurrió con la extensión de las técnicas artroscópicas: los pacientes fueron conociéndolas de forma progresiva y hoy nadie se extraña al mencionar el término o proponer la intervención quirúrgica de un hallux valgus o juanetes mediante esta técnica. Hace ya bastantes años la gente oía hablar de una “cirugía láser” para la operación de juanetes. En realidad no tenía nada que ver con el láser y sí con la utilización de sistemas motorizados con fresas de corte y pulido que se introducían a través de mínimas incisiones de la piel.
La técnica de la Cirugía Percutánea mejoró y las indicaciones que inicialmente se reducían a la cirugía del Hallux Valgus se pudieron extender, con unas aplicaciones que hoy día abarcan prácticamente todas las deformidades del antepié y muchas del retropié. Después de aquellos años de tanteo y tímida progresión asistimos a un “boom” de la Cirugía Percutánea del Pie (CPP) con las aportaciones del Dr Mariano de Prado que, tras una estancia en la clínica de Stephen Hissan en Seattle, se encargó de darle un sentido científico, mejorando las propuestas y los gestos quirúrgicos, desarrollando su tesis doctoral en torno al tema, publicando dos libros que son referencia mundial y compartiendo sus conocimientos con todos nosotros.
En el Centro Médico Sendagrup de San Sebastián contamos con dos de los especialistas, Drs. Achalandabaso y Escobar, que durante los últimos quince años han actuado como profesores en el curso que el Dr. De Prado ha venido organizando en colaboración con la cátedra de Anatomía de la Universidad de Bellvitge y la inestimable aportación de uno de sus titulares, el desaparecido y querido Dr. Pau Golanó.
Como su nombre indica (Percutánea) se trata de una técnica a través de la piel, con mínimas incisiones pero con una extensión de gestos quirúrgicos muy amplia. Se pueden cortar huesos y tendones, rebajar exostosis (protrusiones de hueso) y corregir la dirección y el apoyo de los huesos del pie. El control de los instrumentos y su acción sobre el hueso puede comprobarse con las imágenes obtenidas a través de un aparato de baja radiación como es el fluoroscopio. Se realiza bajo anestesia local y las incisiones son tan pequeñas, que en ocasiones ni tan siquiera se llegan a suturar. El paciente permanece despierto y al terminar la operación puede volver a su domicilio caminando, con un apoyo inmediato en el suelo.
La Cirugía Percutánea del Pie (CPP) aporta por tanto algunas ventajas en el tratamiento de patologías como el Hallux Valgus, como son la rapidez, mínima agresión de la piel, cirugía ambulatoria sin ingreso, apoyo inmediato y disminución muy importante de las molestias y del dolor postoperatorio que en la cirugía tradicional era muy intenso. También algunos inconvenientes: a muchos pacientes les resulta muy pesado el proceso por prolongado y, como en cualquier intervención quirúrgica, existe la posibilidad de complicaciones.
El proceso postoperatorio tras la cirugía del Hallux Valgus mediante CPP está muy estandarizado: una semana de reposo relativo aunque está permitida la marcha, un mes con el zapato ortopédico y otro mes con un calzado de suela plana. Durante el primer mes se realizan curas semanales para mantener una correcta dirección de los huesos hasta que se produzca la consolidación de las osteotomías o cortes practicados en los huesos. El pie puede estar más o menos hinchado un período variable de tiempo que puede extenderse durante meses, dependiendo de las condiciones del paciente, de los cuidados tras la intervención, de su circulación venosa, etc.
En Cirugía Ortopédica no existe la operación perfecta para la totalidad de los pacientes y siempre debemos contar con la posibilidad de complicaciones y la forma de evitarlas. Es frecuente el edema o hinchazón que hemos descrito pero puede haber una gama amplia de efectos no deseados como pequeñas quemaduras en las incisiones de la piel, falta o retardo de consolidación, infecciones (muy raramente), síndrome algodistrófico, etc.
En definitiva, la indicación quirúrgica de un Hallux Valgus -así como de cualquier otra patología del pie- debe ser mediatizada por la deformidad, las molestias, las dificultades para la marcha y todas aquellas causas que enturbien la calidad de vida del paciente hasta el punto de compensar las molestias derivadas de la intervención y sus posibles complicaciones. No es una decisión banal. Como cualquier intervención debe ser fruto de una reflexión meditada. Pero cuando decidamos su necesidad lo haremos con la tranquilidad de disponer de una técnica avanzada, simplificada y de riesgos minimizados. En definitiva, una gran técnica que nos ayuda en el principal objetivo de nuestra profesión, procurar la solución del problema de nuestros pacientes de la manera más confortable posible.
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