Tras las entradas recientemente publicadas en este Blog y tituladas «Qué es la Artroscopia?» y «Cuándo se debe Operar un Menisco«, el Dr. Eduardo Escobar de la Unidad de Artroscopia de Sendagrup y miembro de la Asociación Española de Artroscopia, desarrolla el tema «Tratamiento de la Rotura del Menisco: Cómo se Opera un Menisco?».
Una pregunta habitual de nuestros pacientes es qué vamos a hacer con su menisco lesionado. En la inmensa mayoría de los casos la respuesta es muy fácil: “le voy a recortar la zona de menisco roto y conservar el máximo posible”.
Trataremos siempre de recortar la menor porción posible de menisco, solo la que está rota, para preservar la amortiguación con el resto sano. Dependiendo de la forma de la rotura y de la zona afectada nos veremos obligados a recortar más o menos superficie.
Nos gustaría no tener que mutilar el menisco, conservarlo en su totalidad con cualquier medio de reparación, suturándolo o pegándolo pero, como veremos a continuación esto solo es posible en algunos casos.
Por tanto lo habitual es realizar una meniscectomía, que dada su frecuencia, en una próxima entrada la explicaremos con profundidad para que aquellas personas que vayan a someterse a este tratamiento y no tengan conocimientos médicos (por tanto no irá dirigida a personal sanitario, sino que será un relato mucho más sencillo) entiendan o conozcan el procedimiento quirúrgico. Aparte de la citada meniscectomía en algunos casos especiales, es posible reparar la rotura del menisco con una sutura del menisco, o realizando un trasplante meniscal.
SUTURA MENISCAL
Para entender la situación que nos obliga a recortar en unos casos y nos permite reparar en otros el menisco, es preciso conocer un dato fundamental: el menisco es una estructura viva, vascularizada, con un aporte sanguíneo que le llega de la periferia pero que sólo alcanza a un tercio de su contorno. Los dos tercios más internos podemos considerarlos un material inerte, que por mucho que suturemos no va a responder con una cicatrización que suelde los bordes de la rotura.
Por tanto hemos de considerar un caso que escapa a la indicación general que obliga a recortar la zona rota, la de la lesión horizontal, lineal, en la zona vascularizada, que permite que la sutura sea eficaz. Generalmente se trata de una persona joven que ha sufrido una rotura traumática y no una degeneración del menisco.
En honor a la verdad hemos de informar que muchas veces el resultado es decepcionante y que al cabo de cierto tiempo tenemos que reintervenir al paciente para, esta vez sí, recortar el fragmento desde la rotura hacia el interior de la articulación.
La causa del fracaso puede ser una mala ejecución técnica de la sutura, pero en la mayoría de los casos puede deberse a un criterio muy flexible sobre la indicación. Nos pueden las ganas de salvar el menisco de un joven al que seguramente estamos operando de una lesión compleja de rodilla con, por ejemplo, una rotura asociada de ligamento cruzado anterior. Queremos que conserve el menisco y nos repugna la idea de recortar un fragmento grande de menisco roto que agrava las consecuencias a largo plazo de la lesión.
Otra posibilidad es que no respetemos unas normas muy estrictas de tratamiento postoperatorio. Hay que dar la oportunidad de cicatrización al menisco que hemos suturado con un período muy prolongado de inmovilización y con una rehabilitación lenta y progresiva. Algunos autores afirman que este proceso debe ser similar al que contemplamos para la recuperación de una rotura de ligamento cruzado anterior.
TRASPLANTE MENISCAL
Por último hemos de mencionar casos especiales de tratamiento de las lesiones de menisco, las que tratan de sustituirlo. La pérdida de las funciones meniscales supone un trastorno mecánico y funcional muy importante para una articulación de carga como la rodilla y puede conducir a su destrucción a largo plazo con una degeneración artrósica, lenta pero progresiva. Ya sabemos que en ese caso de deterioro a largo plazo la única solución posible sería la sustitución protésica.
Se han intentado varios métodos -con desiguales resultados- de sustitución meniscal y, entre ellos, la colocación de una estructura de colágeno que imita su forma. Pero la técnica que ha cosechado más éxitos –y una tasa no desdeñable de fracasos- ha sido el trasplante de menisco procedente de un donante. Conviene aclarar que el objetivo de la operación es colocar una estructura que proteja la rodilla para evitar la degeneración de la que antes hablábamos, pero no llega a cumplir con la totalidad de las funciones del menisco original y no restituye las facultades de rendimiento deportivo previo. Tratamos de evitar el desastre a largo plazo pero no podemos devolver el potencial físico previo que permita a un profesional del deporte volver a competir como antes.
Esta entrada del Blog titulada «Tratamiento de la Rotura del Menisco: Cómo se Opera un Menisco?» ha sido realizada por el Dr. Eduardo Escobar, miembro de la Unidad de Artroscopia del Centro Médico Sendagrup y miembro de la Asociación Española de Artroscopia.
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