El pasado viernes 9 de Febrero de 2024 nos dejó nuestra querida amiga y compañera Api. Es muy difícil intentar describir en unas pocas líneas quién fue Api. Todos los que habéis tenido la inmensa fortuna de haberla conocido ya sabéis cómo era. Inmensamente buena y generosa, amiga de sus amigos, discreta, sencilla y humilde. Va a ser muy difícil hacerse a la idea de que ya no volveremos a estar con ella, que no podremos disfrutar de su presencia. Se ha ido sin hacer ruido, preocupada más por los demás que por ella misma.
Conocí a Api en Enero de 1995, cuando empecé a trabajar en el Hospital Comarcal del Bidasoa. Desde el primer momento tuvimos una conexión especial y única, y desde entonces siempre hemos trabajado juntos, mano con mano. Primero en el Hospital Comarcal y después en el Hospital Donostia. Enseguida iniciamos juntos la aventura en la medicina privada, primero en Quirón, después en Policlínica y hasta que su enfermedad lo ha permitido, en Sendagrup. Encontré en ella a la mejor amiga, compañera y cómplice, hasta entablar una amistad profunda que hemos mantenido hasta el último día. Trabajar con ella ha sido un inmenso placer.
Quiero recordar también otro pilar fundamental en la vida de Api, su familia. Comparto con ellos el inmenso dolor de haberla perdido. Quisiera enviar desde estas líneas un fuerte abrazo a todos, a su marido Jorge, a sus hijos Jorge y Javier, a sus queridas hermanas Tere y Miren, a su hermano Pedro y a todo el resto de su querida familia.
En definitiva, Api ha sido una de esas personas únicas que es muy difícil encontrarse en la vida y todos aquellos que hemos tenido la enorme suerte de haberla conocido tenemos que estar inmensamente agradecidos por cada uno de los minutos que hemos compartido con ella.
Agur Api, descansa en paz, volveremos a encontrarnos.
Write a comment:
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.