Entre la patología que afecta a la glándula parótida -principalmente de origen tumoral o infeccioso- hay ocasiones que la resolución debe ser quirúrgica y la cirugía debe ser realizada por un profesional experimentado, dado el riesgo de lesión del nervio facial. El Dr. José Angel González de la Unidad de Otorrinolaringología de Sendagrup, nos da las claves de la cirugía de la glándula parótida.
La glándula parótida es la principal de las glándulas salivales mayores. Su función es la producción adecuada de saliva para la hidratación de la cavidad oral y para el adecuado procesamiento del bolo alimenticio.
Es relativamente frecuente que una enfermedad tumoral o infecciosa de la glándula necesite para su diagnóstico adecuado o curación una intervención quirúrgica.
El tratamiento quirúrgico de la glándula parótida se denomina Parotidectomía y puede ser parcial (lo más habitual) o completa (en casos seleccionados).
La cirugía se realiza bajo anestesia general y precisa de una incisión que discurre por delante de la oreja y se amplía ligeramente hacia el cuello. Ver foto 1
En la cirugía de la glándula parótida existe siempre el riesgo de una lesión del nervio facial, que es el nervio que da movilidad a toda la hemicara y que tiene gran importancia en la gestualidad, la mímica y la expresión facial y por tanto se precisa amplia experiencia en este tipo de intervenciones para evitar un daño irreparable de la movilidad facial.
Una vez levantado y extirpado todo el lóbulo superficial de la glándula parótida el nervio facial queda expuesto y conservado perfectamente para mantener una movilidad facial adecuada. Ver Foto 2.
La primera intervención sobre la glándula parótida la realizó el Dr. Appiani en 1967, y desde entonces son conocidos ciertos efectos secundarios que la cirugía provoca:
Cicatriz visible en la región facial
El acceso de parotidectomía provoca una cicatriz permanente en la región facial que puede llegar a ser relativamente visible, especialmente en personas que lleven el cabello corto o con alopecia.
Sudación Gustativa o Síndrome de Frey
Consiste en la aparición de un enrojecimiento y una sudoración en la zona intervenida que se producen al iniciar una comida, especialmente con alimentos ácidos y dulces y que puede llegar a ser suficientemente molesta como para requerir un tratamiento.
Anestesia de la porción inferior de la oreja
El nervio auricular mayor pasa por encima de la glándula y por tanto suele ser seccionado intencionadamente para tener un mejor acceso en esta intervención. La consecuencia de la sección de ese nervio es una anestesia crónica en la región inferior de la oreja y el lóbulo auricular.
Pérdida de volumen en la región facial intervenida
La glándula aporta cierto volumen a la región facial, pero una vez extirpada podemos perder algo de ese volumen y quedaría una asimetría en el volumen de la región de la mejilla respecto al lado sano.
Para solucionar todos estos problemas se ha diseñado lo que se ha dado en llamar CIRUGÍA ESTÉTICA DE LA PARÓTIDA y cuya intención es evitar las posible secuelas que esta cirugía ha generado tradicionalmente.
Cicatriz visible en la región facial
Para evitar que la cicatriz sea visible se prefiere ocultar la parte superior de la misma detrás del cartílago tragal de la oreja y la parte inferior se retrasa hasta la línea del pelo, con lo cual quedaría oculta a la vista. Esta incisión se denomina incisión de “lifting” ya que es muy similar a la usada para la cirugía de rejuvenecimiento facial por los cirujanos plásticos. Ver Foto 3.
Sudación Gustativa o Síndrome de Frey
Para evitar el síndrome de Frey se precisa interponer tejido fascial entre la piel y el nervio para evitar que el nervio facial toque las glándulas sudoríparas de la piel y las estimule equivocadamente. Se precisa levantar un colgajo denominado SMAS (sistema músculo-aponeurótico superficial) que al finalizar la intervención se interpone entre el nervio y la piel para evitar la inervación aberrante. Ver Foto 4.
Anestesia de la porción inferior de la oreja
Pérdida de volumen en la región facial intervenida
Para paliar la pérdida de volumen cuando se realiza una parotidectomía suprafacial se han propuesto tres estrategias:
- La primera es recolocar el colgajo SMAS doblado sobre sí mismo en la región de la exéresis para aumentar el volumen residual y minimizar la pérdida de volumen. Ver Foto 6
- La segunda es realizar un pequeño colgajo de músculo digástrico o de músculo esternocleidomastoideo y trasponerlo a la región parotídea para rellenar la cavidad.
- La tercera consiste en realizar una parotidectomía suprafacial parcial siempre que la enfermedad lo permita para resecar el mínimo volumen parotídeo que asegure la curación de la enfermedad manteniendo los restos de glándula funcionales que puedan dar volumen a la región preauricular.
Para dudas o aclaraciones no dude en consultar con la Unidad de Otorrinolaringología del Centro Médico Sendagrup de Donostia – San Sebastián, situado en Calle Zuatzu 8 Bajo; también puede consultar sus dudas mediante email: ja.gonzalez@sendagrup.com, o pida cita en la consulta en el teléfono 943 506 506.
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Magnífico reportaje!! Un ejemplo de comunicación para los colegas que están en la brecha!
Texto claro y conciso, con imágenes ilustrativas.
Muchos éxitos, Dr. González -
Puede hacerse dicho tratamiento estético en la misma operación de extirpación del tumor y la parótida o se hace posteriormente?
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