La rotura del Ligamento Cruzado Anterior (LCA) es una lesión grave que en la mayoría de los casos genera una inestabilidad de rodilla importante y cuyo tratamiento pasa habitualmente por la cirugía de reconstrucción del LCA mediante plastia autóloga.
Si bien hace muchos años la reconstrucción quirúrgica del LCA se realizaba de forma aguda tras la lesión, a raíz de los estudios de Shelbourne y col en 1991 en el que alertaban de la Artrofibrosis en la reconstrucción aguda del LCA comenzó a realizarse la cirugía reconstructiva pasado un tiempo tras la lesión, de forma que la cirugía se realizara una vez reducida la inflamación y recuperado el rango de movilidad de la rodilla.
Este delai o retraso aconsejado en la realización de la cirugía reconstructiva del LCA con respecto a la lesión que da lugar a la rotura del Ligamento Cruzado Anterior, así como la existencia de Listas de Espera quirúrgicas ha traído en ocasiones retrasos de meses e incluso años en la reconstrucción del LCA.
El Retraso en la Reconstrucción del LCA en una rodilla inestable no está exento de problemas secundarios, y está bien establecido que un restraso excesivo en la reconstrucción aumenta el riesgo de lesión asociada, tanto a nivel meniscal como a nivel de cartílago.
En un estudio publicado por Granan y col («Timing of Anterior Cruciate Ligament Reconstructive Surgery and Risk of Cartilage Lesions and Meniscal Tears«, 2009) y basándose en 3475 cirugías realizadas en Noruega, encontraron que en personas adultas el retraso en la reconstrucción del LCA aumentaba las posibilidades de presentar asociada una lesión cartilaginosa o meniscal. Concretamente en el caso de las lesiones asociadas del cartílago, vieron que su incidencia aumentaba en un 1% por cada mes de retraso de la reconstrucción y que este porcentaje de lesión condral se duplicaba en caso de presentar igualmente una lesión meniscal. Con estos datos, Granan y col aconsejan la reconstrucción temprana del LCA con el fin de evitar o disminuir las lesiones meniscales y condrales asociadas.
Resultados similares encontraron Marangoni y col, que analizaron 207 pacientes a los que se les realizó una reconstrucción del Ligamento Cruzado Anterior de la Rodilla y que fueron divididos en grupos, según el tiempo existente entre la lesión del LCA y su reconstrucción. En el caso de las lesiones del cartílago, el porcentaje de lesión condral era del 3,6% cuando el tiempo entre lesión y reconstrucción era inferior a 2 meses; dicho porcentaje era del 4% cuando el lapso de tiempo estaba entre los 2 y los 6 meses, para aumentar de forma significativa al 23% de lesión condral en los pacientes cuya cirugía de reconstrucción del LCA se había retrasado entre 6 y 12 meses con respecto al momento de la lesión. En los pacientes que eran operado entre 12 y 24 meses después de la rotura del LCA, la lesión condral asociada se encontraba en el 59% de los pacientes. Finalmente en aquellos pacientes cuya reconstrucción del LCA se demoraba más de 24 meses con respecto al momento de la lesión, encontraron que había una lesión del cartílago asociada en el 75% de los casos. Con estos datos Marangoni y col recomiendan realizar la reconstrucción del LCA dentro de los primeros 12 meses desde la lesión inicial.
Acceso a la Unidad de Artroscopia de Sendagrup
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