Denominamos crioterapia al uso del frío en sus diferentes modalidades como tratamiento ante diferentes situaciones patológicas, como pueden ser lesiones de partes blandas o recuperaciones tras cirugía. El uso de la crioterapia trae consigo una disminución del metabolismo basal de la zona aplicada, lo que trae consigo una vasoconstricción y disminución de la circulación sanguínea, disminuyen las pérdidas de sangre en el caso de heridas quirúrgicas, disminuye la inflamación de los tejidos blandos, disminuye el derrame articular y disminuye el dolor asociado a la lesión aguda o quirúrgica.
El uso de la Crioterapia en el ámbito de la Traumatología y Medicina del Deporte es bien conocido y su uso ante traumatismos agudos está muy extendido, dados sus efectos positivos principalmente en la reducción de la inflamación y del dolor.
Además del uso de la crioterapia en los traumatismos agudos, este tratamiento no farmacológico se muestra muy eficaz en el tratamiento tras cirugía de rodilla, ya sea en procedimientos realizados mediante técnica artroscópica como en artroplastias de rodilla.
El uso de la crioterapia en estas situaciones post-quirúrgicas favorece el proceso rehabilitador, ya que disminuye el dolor (precisando menos medicación analgésica), el derrame articular y las pérdidas de sangre, favoreciendo la recuperación de la movilidad y el desarrollo de la fuerza muscular.
Con el fin de obtener los mejores resultados de la crioterapia, aconsejamos:
- Usar bolsas de agua-hielo o geles que se adapten perfectamente a la piel con el fin de aumentar la superficie de contacto y mejorar la transmisión correcta del frío; no es conveniente utilizar bolsas con hielo sólo ya que disminuye la superficie de contacto efectiva y su efecto es más limitado, al igual que sucede con bolsas de productos congelados en los que la transmisión del frío a través de la piel puede no ser tan efectiva.
- Debe protegerse la piel del contacto directo del agua-hielo para evitar las quemaduras por frío, por lo que debemos utilizar bolsas específicas que no sean de plástico (los denominados genéricamente «Pulpos» cumplen muy bien esta función) o bien utilizar algún paño o similar si estamos utilizando bolsas de plástico con agua-hielo.
- La posibilidad de utilizar un elemento compresivo, favorece los efectos beneficiosos de la crioterapia; en este sentido existen sistemas que cumplen de forma simultánea las funciones de crioterapia+compresión como el Cryo-Cuff que es de uso más o menos profesional, y sistemas más sencillos de uso personal como los Pulpos de Neopreno, Pressurice, Vendajes de sujeción-compresión,…
- Las aplicaciones deben tener una duración de 20 minutos para que la disminución de temperatura también «llegue» al interior de la articulación y no debemos aplicar el frío durante más de 30 minutos seguidos con el fin de evitar complicaciones neurológicas.
Estos resultados han sido objetivados en diferentes estudios publicados en revistas científicas internacionales, entre los que podríamos citar:
«Cryotherapy: An Effective Modality for Decreasing Intraarticular Temperature after Knee Arthroscopy»
«Crioterapia en pacientes intervenidos quirúrgicamente por artroscopia de rodilla»
«Postoperative Cryotherapy After Total Knee Arthroplasty: A Prospective Study of 86 Patients»
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